El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) ha publicado el Informe del Índice de Desperdicio de Alimentos 2024, antes del Día Internacional de Basura Cero el 30 de marzo. Elaborado en coautoría con la organización benéfica Waste & Resources Action Programme (WRAP), con sede en el Reino Unido, el informe proporciona estimaciones globales sobre el desperdicio de alimentos a nivel minorista y de consumo, así como orientación sobre cómo mejorar la recopilación de datos y las mejores prácticas para pasar de la medición a la reducción del desperdicio de alimentos. Sobre la base del informe de 2021 del PNUMA, el de este año mostró que los hogares de todos los continentes desperdiciaron más de mil millones de comidas al día en 2022, mientras que 783 millones de personas se vieron afectadas por el hambre y un tercio de la humanidad se enfrentó a la inseguridad alimentaria. En total, en 2022 se generaron 1.050 millones de toneladas de desperdicio de alimentos, lo que equivale a 132 kg per cápita y casi una quinta parte de todos los alimentos disponibles para los consumidores, de los cuales el 60% se produjo a nivel doméstico, con los servicios alimentarios responsables del 28% y el comercio minorista del 12%. El desperdicio de alimentos también continuó dañando la economía mundial y alimentando el cambio climático, la pérdida de naturaleza y la contaminación, según el informe. «El desperdicio de alimentos es una tragedia mundial», dijo Inger Andersen, directora ejecutiva del PNUMA. «No solo se trata de un importante problema de desarrollo, sino que los impactos de estos residuos innecesarios están causando costos sustanciales para el clima y la naturaleza. La buena noticia es que sabemos que, si los países dan prioridad a este problema, pueden revertir significativamente la pérdida y el desperdicio de alimentos, reducir los impactos climáticos y las pérdidas económicas, y acelerar el progreso hacia los objetivos globales». Se consideró que solo cuatro países del G20 (Australia, Japón, Reino Unido y Estados Unidos) y la UE tenían estimaciones de desperdicio de alimentos adecuadas para hacer un seguimiento del progreso hasta 2030. Canadá y Arabia Saudita tenían estimaciones adecuadas de los hogares, mientras que la estimación de Brasil se esperaba para finales de este año. «Los datos confirman que el desperdicio de alimentos no es solo un problema de los ‘países ricos’, ya que los niveles de desperdicio de alimentos en los hogares difieren en los niveles promedio observados para los países de ingresos altos, medianos altos y medianos bajos en solo 7 kg per cápita», se lee en el informe.