La fijación del precio del carbono puede ser una de las herramientas más poderosas de que disponen los responsables de la formulación de políticas para incentivar la reducción de emisiones como parte de una combinación integrada de políticas. Hace una década, las políticas de fijación de precios del carbono cubrían solo el 7% de las emisiones globales. En la actualidad, casi una cuarta parte está cubierta por estos instrumentos.
Hay motivos para el optimismo a medida que la fijación del precio del carbono y los mercados de carbono continúan evolucionando y creciendo, y a medida que se introducen nuevos esquemas e instrumentos que llevaron a que los ingresos alcanzaran un récord de USD 104 mil millones en 2023. De manera prometedora, la mayor parte de los ingresos recaudados se destinaron a programas relacionados con el clima y la naturaleza.