La era de la responsabilidad legal


Las disputas en los tribunales europeos están anunciando un nuevo amanecer en la información sobre el clima corporativo, según Gerben Schreurs, socio de Forensic Risk Alliance.

En los últimos cinco años, las empresas multinacionales han sido objeto de un mayor escrutinio público por su impacto en el medio ambiente. Las partes interesadas, que van desde las ONG locales hasta los políticos nacionales, están prestando más atención a las prácticas financieras y los compromisos medioambientales de las empresas. En este contexto, las empresas ya no solo se preocupan por las repercusiones reputacionales de los posibles pasos en falso, sino también por las legales y regulatorias.

Si bien las obligaciones de información ambiental y la legislación aún están madurando en la práctica y la aplicación, las recientes batallas legales, como las que involucran a las empresas energéticas francesas y holandesas TotalEnergies y Royal Dutch Shell, y al gigante bancario holandés ING, ponen de relieve los riesgos inmediatos de litigio para las empresas.

Preocupaciones sobre la idoneidad de la contabilidad tradicional

En Francia, TotalEnergies se enfrenta actualmente a acciones legales por parte de su grupo de accionistas activista Métamorphose por su medición de las emisiones de alcance 3, el resultado de actividades de activos que no son propiedad ni están controlados por la organización informante. El caso apunta a un debate más amplio sobre si la contabilidad tradicional es adecuada para las especificidades de los informes sobre el impacto climático.

Esto se puso de manifiesto por primera vez en 2021, cuando un tribunal holandés ordenó a Royal Dutch Shell que acelerara sus planes para reducir sus emisiones globales de gases de efecto invernadero en un 45%, en línea con los objetivos climáticos mundiales para 2030. Sentó un precedente legal de que las empresas podían ser responsables de sus emisiones de alcance 3 y también marcó la primera vez que un tribunal en el mundo imponía un deber de cuidado a una empresa para ayudar a combatir el cambio climático. Otro punto importante fue el fracaso de la defensa de Shell, que estableció nuevas expectativas para la contabilidad y la presentación de informes financieros, lo que obligó a las empresas a reevaluar sus metodologías de valoración y a revelar con precisión sus riesgos relacionados con el clima y los costes futuros.

Además de su medición de las emisiones de alcance 3, TotalEnergies se encuentra bajo el ataque de Metamorphose por su distribución de dividendos, que según la ONG está compuesta parcialmente por dividendos ficticios. Afirma que la empresa ha estado modelando erróneamente el gasto futuro en créditos de carbono con un precio estable por tonelada, cuando en cambio el precio debería aumentar a medida que un número cada vez mayor de empresas compran dichos créditos bajo una presión cada vez mayor para alcanzar los objetivos ambientales.

Esta brecha entre las promesas a largo plazo y la práctica contable actual debe ser reconciliada por la alta dirección si quieren defender de manera creíble las buenas intenciones en los tribunales. TotalEnergies v Metamorphose ejemplifica la evolución de las expectativas de las partes interesadas sobre las empresas y su voluntad de hacer que las empresas rindan cuentas ante los tribunales.

Los bancos se enfrentan a un mayor escrutinio legal

Además de los litigios existentes a los que se enfrentan las grandes petroleras, el grupo bancario ING está ahora bajo la amenaza de acciones legales por parte del grupo ambientalista Amigos de la Tierra Países Bajos por un presunto incumplimiento de las obligaciones legales -o «deber de cuidado»- al contribuir al peligroso cambio climático a través de su financiación de empresas de combustibles fósiles.

La ONG exige que el banco reduzca las emisiones, exija un plan de transición climática para los clientes corporativos y deje de financiar a las empresas de combustibles fósiles que carecen de estrategias integrales de eliminación.

Este es un caso de prueba para la industria bancaria; si se gana, obligaría efectivamente a todas las empresas sistémicamente significativas a reducir drásticamente sus emisiones o infringir la ley holandesa.

La información financiera está sometida a una mayor presión

A pesar de la ausencia de una norma única sobre cuestiones relacionadas con el clima en el marco de las Normas Internacionales de Información Financiera (NIIF), las partes interesadas, y ahora los tribunales de justicia, siguen esperando que las empresas expliquen cualitativamente cómo se consideran estas cuestiones en los estados financieros. En este contexto fluido, ¿cómo pueden los auditores y los consejos financieros comparar las buenas prácticas?

Algunos grandes reguladores están tratando de abordar esto. En Europa, por ejemplo, el Consejo de Información Financiera (FRC) del Reino Unido y la Autoridad Europea de Valores y Mercados (ESMA) han propuesto legislación sobre temas relacionados con el clima. Entre los que se apuntan específicamente se encuentran el deterioro de activos, provisiones, instrumentos financieros y las mediciones del valor razonable que incluyen factores de riesgo relacionados con el clima o la contabilización de créditos de carbono y certificados de energía renovable.

Las mejores prácticas en contabilidad técnica también están en peligro en ausencia de normas concretas. Por ejemplo, en lo que respecta al riesgo de crédito, los riesgos relacionados con el cambio climático influyen en factores como la probabilidad de impago, las pérdidas en caso de impago o las concentraciones. Tales reglas están en sus inicios, creando una zona gris legal que las empresas deben navegar.

El papel de los litigios en la elaboración de normas

Las recientes batallas legales que involucran a TotalEnergies, Royal Dutch Shell e ING presagian más litigios por parte de las partes interesadas en el futuro contra las empresas para garantizar que sus prácticas comerciales se alineen con los compromisos climáticos. El objetivo ha pasado de reducir las emisiones directas a asumir la responsabilidad de las emisiones de alcance 3.

La contabilidad financiera y climática son recursos importantes basados en evidencia para que las autoridades y los accionistas determinen si las empresas están cumpliendo con sus compromisos. Las mediciones adecuadas de carbono y las prácticas financieras actualizadas deben ser fundamentales para garantizar el cumplimiento legal. Se presionará a las empresas para que contabilicen con precisión los riesgos relacionados con el clima y los divulguen en sus estados financieros. Los activos sobrevalorados debido a la omisión de los costes medioambientales pueden sufrir correcciones.

En el futuro, las empresas deben ser más proactivas a la hora de abordar los compromisos medioambientales, garantizando que sus operaciones se alineen con los estándares mundiales y puedan resistir el escrutinio legal. La era de la responsabilidad legal en el mundo corporativo apenas comienza, y los litigios desempeñarán un papel fundamental en la configuración de los estándares en el futuro.



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