El shock de Covid-19 fue la primera prueba global de los estándares desarrollados por el Comité después de la Gran Crisis Financiera (GFC). Al inicio de la pandemia, los miembros del Comité de Basilea cooperaron estrechamente en la evaluación de los riesgos resultantes para el sistema bancario, compartieron información, coordinaron iniciativas y acordaron medidas para mitigar los riesgos de estabilidad financiera a corto plazo. El Comité reiteró las orientaciones sobre los colchones de capital y liquidez, haciendo hincapié en que debían utilizarse en tiempos de tensión para absorber las pérdidas y mantener los préstamos a la economía real.