Es posible que el sur de Polonia no sea conocido por la producción de vino —su economía y su cultura han estado determinadas durante siglos por la minería—, pero Piotr Kurdziel cree que la región está a punto de cambiar.
Kurdziel, el exempresario que fundó los Viñedos Libiąż hace 12 años, tiene motivos para ser optimista. El año pasado, en su establecimiento se embotellaron 10 000 litros, y un número creciente de sus compradores son enoturistas, visitantes que quieren probar el vino en su lugar de origen y a la vez explorar los sitios de interés locales. La creciente popularidad del enoturismo, sumada a la expansión del mercado vitivinícola de Polonia, según Kurdziel ofrece a la región la oportunidad de dejar de identificarse con el carbón, diversificar su base económica y generar empleos indirectos para los proveedores locales.
Es una visión del futuro radicalmente distinta del pasado.
Kurdziel, como muchos residentes, dueños de negocios y funcionarios de Libiąż, ha pensado siempre en la ciudad como una extensión de la mina de carbón Janina, situada a unos 2,5 kilómetros. Los desechos de esa mina de carbón se transportaban en camiones y se procesaban en Libiąż en un predio de 64 hectáreas (alrededor de 158 acres) conocido como un montón de residuos mineros. La mina y el predio en Libiąż son desde hace mucho tiempo los principales empleadores de la zona, y su presencia hizo posible el surgimiento de muchas empresas pequeñas e informales.
Sin embargo, como reflejo de las políticas que promueven iniciativas de energía limpia, desde 2016 ya no es necesario procesar los desechos de las minas en Libiąż. Funcionarios municipales, gerentes de minas, sindicatos, dirigentes empresariales y activistas comunitarios ahora trabajan juntos, con el apoyo de la iniciativa Transición Justa del Banco Mundial, para reconvertir los terrenos que ocupaba el montón de residuos mineros de Libiąż de manera tal de fortalecer económica y socialmente la región y, al mismo tiempo, mitigar los efectos del cambio climático.
Son planes a largo plazo: la etapa de recultivo técnico del predio se extiende hasta 2026, y la de recultivo biológico, hasta 2030, según Krzysztof Paw, representante de la mina Janina.
Las estrategias que se aplican en Libiąż, al igual que otras estrategias de transición para la eliminación del uso de carbón implementadas en el mundo, buscan establecer un camino de crecimiento sostenible a largo plazo y, al mismo tiempo, proteger a las comunidades locales. Después de todo, dijo el alcalde de Libiąż, Jacek Latko, “nuestro trabajo es garantizar que los ciudadanos tengan buenas condiciones de vida”.
Algunas de las opciones que se analizan como posible destino del antiguo montón de residuos mineros incluyen granjas solares para promover la generación de energía renovable y parques industriales en zonas económicas especiales para atraer inversiones, desarrollo y empleo. La transformación del predio para que deje de ser un pasivo ambiental y se convierta en activo que genere ingresos en el futuro también ayudará a atraer financiamiento, utilizando como garantía el valor de las tierras reconvertidas.
La infraestructura es otra área clave: las nuevas carreteras que conectarán Libiąż con ciudades más grandes darán a los residentes acceso a una red de mercados laborales, al tiempo que permitirán a los empresarios, desarrolladores e inversionistas de otras zonas examinar más fácilmente las oportunidades de negocios.
Cada paso del camino se ha diseñado a conciencia. Esto se debe a que la dependencia de Polonia respecto del carbón es compleja: está arraigada en la realidad geopolítica, la necesidad económica y la tradición cultural del país. En 2020, el 70% de la electricidad del país se generó a partir del carbón —la proporción más alta de Europa—, y Polonia produce más carbón que cualquier otra nación de la Unión Europea. Aunque el sector energético polaco atraviesa una transformación fundamental, “Polonia sigue siendo uno de los países que más depende del carbón en el mundo”, según un nuevo informe del Banco Mundial titulado The Green Transformation in Poland (La transformación verde en Polonia).
La actual crisis energética genera “mucha incertidumbre”, reconoció Latko.
Europa está experimentando una crisis energética de considerable amplitud y complejidad, señaló Gallina A. Vincelette, directora a cargo de las operaciones del Banco Mundial en la Unión Europea.
“Los altos precios de la energía y las medidas para amortiguar el impacto en los hogares y las empresas vulnerables son habituales, y amenazan con desacelerar la transición hacia la energía limpia en Polonia y a nivel mundial”, dijo. “Para superar esto, el apoyo gubernamental debe ser no solo oportuno, sino también tener plazos determinados, estar bien focalizado y ser transparente. Además, Polonia debe seguir dando prioridad a la eficiencia energética y promoviendo las inversiones en almacenamiento y energías renovables para generar energía suficiente, confiable y asequible. Polonia cuenta con los recursos naturales y los conocimientos para lograr la seguridad energética a través de una transición hacia una energía limpia”.
A pesar de los actuales desafíos, Latko y otros funcionarios consideran que la transición hacia la eliminación del carbón ofrece oportunidades económicas y sociales interesantes, a la vez que genera beneficios climáticos muy necesarios. “Queremos apoyar todo lo relacionado con la energía verde”, afirmó Józef Gawron, vicegobernador de la provincia de Małopolskie, a la que pertenece Libiąż, y funcionario plenipotenciario regional para el Fondo de Transición Justa en Polonia. “Este es nuestro futuro”.
Prepararse para una transición justa
Si bien en cada país la transición hacia la eliminación del carbón tiene características singulares, muchos Gobiernos enfrentan los mismos desafíos que Libiąż en el camino hacia fuentes de energía limpia. El proceso deliberado y continuo de reconversión de las tierras que antiguamente albergaron el predio de desechos de Libiąż es un ejemplo de lo que puede lograrse cuando las comunidades dan el primer paso para transformar la dependencia respecto del carbón en una economía local más diversificada, afirmó Demetrios Papathanasiou, director global de Energía e Industrias Extractivas del Banco Mundial.
La reconversión de antiguas tierras y activos mineros es parte del enfoque que aplica el Banco Mundial con la iniciativa Transición Justa, un proceso de planificación plurianual que ubica a las personas y las comunidades en el centro de la transición hacia la energía limpia.
En este video, líderes de toda Libiąż explican cómo las opciones de energía más limpia, los empleos ecológicos y una mejor infraestructura pueden mejorar la calidad de vida de las generaciones futuras. Vídeo de Leszek Adamczyk, Rumburak Produkcja Filmowa.
Las tierras mineras pueden desempeñar un papel importante en el cambio hacia la energía limpia. “En los antiguos terrenos mineros hay espacio suficiente para generar con energía solar la misma cantidad de electricidad que la que se produce actualmente en toda la Unión Europea a partir de carbón y de lignito”, según lo indica un informe. Los autores de dicho trabajo, que pertenecen al Centro Común de Investigación de la Comisión Europea, observaron que la instalación de células solares fotovoltaicas —que convierten la luz solar, una fuente de energía renovable, en electricidad— podría ser un “salvavidas” para las regiones carboníferas europeas en transición.
Las mayores inversiones en eficiencia energética y fuentes renovables, especialmente en energía eólica y solar, serán una vía importante para que Polonia satisfaga su demanda energética, según el informe del Banco Mundial.
El potencial de las tierras mineras de Polonia para el desarrollo de energías renovables es especialmente significativo. Hace una década, las minas del país abarcaban más de 26,000 hectáreas. Aunque esta cifra se ha reducido, dos tercios de la calefacción residencial de Polonia todavía proviene del carbón, el doble del porcentaje que se utiliza en la República Checa y Bulgaria.
El efecto de la dependencia de los hogares respecto del carbón es bien visible. Según la Organización Mundial de la Salud, dos tercios de las ciudades más contaminadas de Europa se encuentran en Polonia. Las consecuencias para la población del país son graves: las emisiones generadas por el carbón representan serios riesgos para la salud que se traducen en costos económicos importantes.
En todo el mundo, el impacto del carbón en la salud del clima es igualmente pernicioso. La actividad carbonífera es uno de los principales factores que contribuyen a las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y a la contaminación, que exacerban el cambio climático. Las emisiones de GEI pueden causar calentamiento global, que a su vez provoca fenómenos meteorológicos extremos, como récords de temperaturas altas, sequías, incendios forestales e inundaciones causadas por lluvias intensas. Para limitar la amenaza, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) ha indicado que las naciones que integran la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) deberían eliminar por completo el uso del carbón para 2030, y que todas las centrales eléctricas alimentadas a carbón deberían cerrarse para 2040.
Siguiendo estas recomendaciones, en la Política Energética de Polonia para 2040 se prevé una disminución de la participación del carbón en la generación de energía desde el 75 % a un máximo del 56 % para 2030. El país se ha comprometido a eliminar el carbón para 2049. Se espera que las fuentes de energía menos contaminantes, como los parques solares que se proponen en Libiąż, cubran las necesidades. El apoyo gubernamental a la energía solar fotovoltaica ha convertido a Polonia en uno de los mercados “de mayor crecimiento” de la Unión Europea, según la Agencia Internacional de Energía.
El Fondo de Transición Justa de la Comisión Europea, de casi EUR 17 500 millones, respaldado por el Banco Mundial, está ayudando a avanzar en las transiciones hacia la eliminación del carbón. Polonia será el principal receptor de este fondo, con una asignación de EUR 3500 millones.
Nuevos empleos para una nueva economía
Los esfuerzos encuadrados en el Fondo de Transición Justa que se llevan adelante en Polonia se han apoyado en las enseñanzas extraídas de procesos de transición similares del propio país y de otros lugares del mundo. En algunas comunidades, por ejemplo, el cierre de las minas generó una crisis de demanda persistente y desestabilizadora debido a que los trabajadores desplazados tuvieron dificultades para pasar a nuevos empleos, según un informe del Banco Mundial referido a la gestión de la transición hacia la eliminación del carbón.
“Para que la transición sea justa y eficaz, debemos garantizar el empleo de los trabajadores, capacitándolos y creando nuevos puestos de trabajo”, indicó la presidenta de la Alianza Sindical Polaca Kadra del Grupo ZE PAK.
Por eso, los proyectos que forman parte de la iniciativa Transición Justa, como los de Libiąż, basan sus esfuerzos de reconversión de las tierras mineras en la capacitación de sus trabajadores y en la creación de condiciones atractivas para la inversión privada a fin de estimular el desarrollo económico local, dijo Gawron.
“Dado que la descarbonización [tras el cierre de las minas] afecta los presupuestos de las familias, para nosotros es muy importante… brindarles perspectivas de desarrollo, la posibilidad de que pongan en marcha su propio negocio, de implementar servicios y actividades de recreación, y generar nuevas funciones para estos [antiguos emplazamientos mineros]”.
Thermoplast, fabricante de plásticos con instalaciones de reciclaje de última generación y cuya sede se encuentra en Libiąż, es una de las empresas que invierte en los exmineros. “Buscamos constantemente nuevos productos y nuevas tecnologías, y para esto también necesitamos gente”, afirmó Piotr Dyba, miembro del Directorio de Thermoplast. “Los empleados que vienen de la minería serán los más útiles”.
Thermoplast también está trabajando con la escuela de formación profesional local para generar un conjunto de trabajadores que deseen quedarse en Libiąż. A través de una nueva asociación entre la escuela y Thermoplast, se capacitará a los estudiantes para trabajar en la empresa y en otros empleos no mineros.
“Queremos preparar [a nuestros estudiantes] para ingresar en el mercado laboral”, indicó Jadwiga Bochenek, directora de la escuela. “Cuando el mercado cambió, y cuando empezamos a prestar atención a fuentes de energía más inocuas para el medio ambiente… comenzamos a formar mecánicos y técnicos en energía [además de trabajadores mineros]”.
Thermoplast emplea ahora a 163 personas y tiene previsto expandirse. “Vemos oportunidades de desarrollo aquí”, afirmó Dyba. “En 30 años, tendremos una zona económica próspera”.
Planificación colaborativa y basada en la comunidad
La asociación entre la escuela secundaria y Thermoplast no se produjo por casualidad. Surgió a partir de amplias reuniones de planificación referidas a la transición hacia la eliminación del carbón, convocadas por el municipio de Libiąż en las primeras etapas de ese proceso. Es uno de los muchos acuerdos intersectoriales que están propiciando las oportunidades de inversión, sostuvo Latko, el alcalde.
Pero la inversión y el empleo no son los únicos temas que se tratan. Quienes participan en estos encuentros de planificación reconocen que el abandono del carbón supone una transformación cultural y económica, por lo que prestan mucha atención al modo en que este cambio puede mejorar la calidad de vida de toda la comunidad.
Según Monika Łyszczasz, del Centro de Bienestar Social de Libiąż, la conciencia acerca de esta situación está permitiendo ampliar los roles de las mujeres. Es un cambio necesario, afirmó, porque históricamente, en las regiones dependientes del carbón, como Libiąż, “el padre trabajaba en la mina, y la madre cuidaba la casa y los hijos”. Incluso hoy en día, las mujeres representan solo el 32 % de las personas empleadas en Libiąż.
Las consecuencias son de gran alcance. Según un estudio reciente del Banco Mundial sobre las comunidades mineras de todo el mundo, cuando aumenta el desempleo entre los hombres mineros, se elevan los niveles de violencia doméstica y de inseguridad alimentaria entre las mujeres que no trabajan fuera del hogar, quienes también ven deteriorarse su condición social, con pocas posibilidades de mejora.
Para revertir esta situación, Libiąż está tratando activamente de impulsar la participación de las mujeres en el mercado laboral local y asegurar que los hombres y las mujeres se beneficien por igual con la transición verde, dijo Magdalena Kozak, jefa del Departamento de Desarrollo Municipal de Libiąż, que supervisa la reconversión del predio de desechos. El año pasado, Kozak y representantes de la Comisión Europea iniciaron un taller sobre el papel de la mujer en la transición del carbón.
“Mujeres de diferentes edades y distintos orígenes pudieron ver qué oportunidades y desafíos trae consigo la transición, y cómo desarrollar sus propias carreras profesionales y las de sus hijas, para no quedar excluidas del mercado laboral”, señaló Kozak.
El cambio de una economía basada únicamente en la minería a una mayor diversificación “significa que surgen nuevas oportunidades” para que las mujeres participen en la vida pública, dijo Łyszczasz. Más del 80 % de quienes asisten al Centro de Bienestar Social son mujeres, y ahora allí se llevan adelante programas dirigidos a prepararlas para que inicien sus propios emprendimientos y desarrollen carreras en el campo de la energía renovable.
Para el municipio local, el trabajo con las comunidades, como el que se da en el Centro de Bienestar Social, ha sido fundamental para promover la transición hacia la eliminación del carbón. La formación de coaliciones con ministerios gubernamentales y otras partes interesadas también ha sido útil para los sindicatos mineros, en Libiąż y en toda Polonia. Las asociaciones sociales y la negociación colectiva han sido “muy importantes”, de acuerdo con Grzegorz Trefon, asesor de la Alianza Sindical Kadra.
Como exminero, el alcalde de Libiąż, Jacek Latko, conoce bien el proceso de negociación colectiva de los sindicatos, pero en la actualidad busca interactuar con una amplia variedad de partes interesadas. Para él es prioritario visitar regularmente empresas como Thermoplast y empresarios como Piotr Kurdziel, dueño de los viñedos, con el propósito de transmitirles que sus compañías son fundamentales para el futuro de Libiąż y que no deberían mudarse a otro sitio.
No es que Kurdziel, al menos, esté pensando en dejar Libiąż. El cuidado de los viñedos “no dura un año, ni dos, sino toda la vida, y se extiende a otras generaciones”, dijo. “Tengo tres hijos. Si uno de ellos se hace cargo, también serán sus hijos los que cuidarán los viñedos”.