Extender los beneficios de las tecnologías digitales a los pagos transfronterizos


Hacer que los pagos transfronterizos sean más baratos, rápidos y fácilmente accesibles aportaría enormes beneficios tanto a las empresas como a los hogares, especialmente en los mercados emergentes y las economías en desarrollo.

En las últimas décadas, el mundo ha sido testigo de un notable aumento de los pagos transfronterizos, impulsado por la globalización del comercio, el capital y los flujos migratorios. Se espera que los pagos globales se disparen de 190 billones de dólares en 2023 a la asombrosa cifra de 290 billones de dólares en 2030.

A pesar de un crecimiento tan espectacular, los pagos transfronterizos siguen siendo prohibitivamente caros y lentos, dejando atrás a los más vulnerables. Si bien los pagos nacionales se están volviendo instantáneos y digitales, los pagos transfronterizos aún no se han beneficiado del poder transformador de las tecnologías digitales. En la actualidad, las comisiones por pagos internacionales promedian el 1,5% para las empresas y hasta el 6,3% para las remesas. Y estos pagos pueden tardar varios días en llegar a su destinatario.

Esto plantea tres cuestiones apremiantes.

El primero es el impacto en la integración económica. Los pagos costosos y lentos dificultan la integración y el crecimiento. Se ha demostrado que los costes y la complejidad de los pagos transfronterizos disuaden a muchas pequeñas y medianas empresas de expandirse a través de las fronteras.

En segundo lugar, las poblaciones más vulnerables del mundo pagan desproporcionadamente más que otras. Los trabajadores migrantes, que mantienen a una de cada nueve personas en todo el mundo a través de las remesas, pueden enfrentar costos exorbitantes cuando envían dinero a casa. En África subsahariana, el costo de enviar remesas al extranjero alcanza el 8,4%. Con remesas que ascienden a USD 626 mil millones en 2022, incluso una pequeña reducción de 1 punto porcentual en las tarifas dejaría a los más necesitados con USD 6 mil millones en sus bolsillos cada año.

En tercer lugar, los actores alternativos han identificado estas ineficiencias como una oportunidad de negocio, pero sus soluciones conllevan riesgos significativos. Criptomonedas sin respaldo son intrínsecamente volátiles y similares a los juegos de azar. Las stablecoins no pueden garantizar la convertibilidad a la par en todo momento, lo que las hace propensas a las corridas. Y las principales empresas de tecnología pueden tratar de crear soluciones de pago de circuito cerrado, lo que lleva a la fragmentación y a una alta concentración del poder de mercado. Inicialmente, el proyecto Diem de Facebook parecía un candidato potencial para una solución de pago global de este tipo. Y más recientemente se lanzó PayPal USD, una moneda estable emitida por una compañía tecnológica global con más de 400 millones de usuarios en todo el mundo.

Por lo tanto, debemos ofrecer una alternativa más segura y de fácil acceso que haga que los pagos globales sean más baratos, rápidos y transparentes.

Las instituciones públicas han demostrado su capacidad para construir sistemas de pago que proporcionan vías de pago como un bien público. Durante la última década, los bancos centrales han mejorado significativamente la infraestructura de back-end para facilitar los pagos, fomentando así la digitalización de los sistemas de pago nacionales. En la actualidad existen más de 70 sistemas de pago rápidos nacionales en todo el mundo. Al vincularlos entre sí, los beneficios de la digitalización se extenderían finalmente también a los pagos transfronterizos. Para los muchos mercados emergentes y economías en desarrollo que actualmente no cuentan con sistemas de pago rápidos, será importante aprovechar las normas internacionales, como ISO 20022, para fomentar la interoperabilidad transfronteriza. Y al proporcionar asistencia técnica y financiación, las organizaciones internacionales pueden prestar su apoyo para seguir desarrollando los sistemas de pago nacionales para los pagos transfronterizos.

La interconexión de los sistemas de pago rápido es una vía prometedora para reducir los costes y aumentar la velocidad y la transparencia de los pagos transfronterizos. Mejorará la eficiencia al acortar las cadenas de transacciones, lo que permitirá a los proveedores de servicios de pago realizar transacciones sin tener que utilizar múltiples sistemas de pago o depender de intermediarios, como los bancos corresponsales. Y en lugar de ser gestionada por una única empresa que maximiza los beneficios, garantizará que las capas de conectividad y conversión se gestionen como una plataforma abierta y un bien público, evitando así los circuitos cerrados y los precios discriminatorios.

En muchos sentidos, Europa es un ejemplo convincente de cómo podría ser este panorama de pagos interconectados.

Dentro de la zona del euro, ya se han cumplido muchos de los objetivos del G20 en materia de costes, velocidad, acceso y transparencia. TARGET Instant Payment Settlement (TIPS) no solo es un mecanismo de liquidación 24/7 para pagos instantáneos iniciados directamente por los bancos participantes, sino que también es un eje central que vincula múltiples sistemas de pago rápido y garantiza que los pagos instantáneos tengan un alcance paneuropeo. Una característica clave de TIPS es que líquida pagos instantáneos dentro de un esquema de pago regida por reglas, normas y protocolos uniformes, evitando el riesgo de fragmentación.

Este modelo también puede funcionar en varias monedas. El BCE y el Sveriges Riksbank están explorando posibles soluciones para los pagos instantáneos entre el euro y la corona sueca. Y el Consejo Europeo de Pagos está desarrollando actualmente un plan para estandarizar el tramo en euros de las transferencias internacionales instantáneas. Al igual que con la introducción de cualquier nuevo sistema de pago, será necesario realizar nuevos ajustes en consulta con los mecanismos de compensación y liquidación y los participantes en el mercado para mejorar su potencial.

El sector público también tiene un papel que desempeñar a la hora de abordar los elevados costes de cumplimiento, las complejidades jurídicas y los riesgos asociados a la navegación por múltiples marcos jurídicos, reglamentos y políticas de los bancos centrales en los pagos transfronterizos. Según una encuesta, los tres principales puntos débiles para los bancos son las diferencias en los marcos regulatorios y de supervisión, los requisitos de lucha contra el lavado de dinero y el financiamiento del terrorismo, y las regulaciones divergentes de privacidad y seguridad entre jurisdicciones.

Por lo tanto, es crucial fomentar la cooperación y explorar soluciones técnicas, alineando al mismo tiempo los intereses políticos. Un papel clave en este sentido lo desempeña la Hoja de ruta para mejorar los pagos transfronterizos del G20, liderada por el Consejo de Estabilidad Financiera (CEF) y el Comité de Pagos e Infraestructuras de Mercado (CPMI) del Banco de Pagos Internacionales (BPI) en colaboración con otros socios, como el Centro de Innovación del BPI, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial.

La mejora de los pagos transfronterizos es un reto complejo que requiere esfuerzos concertados de las partes interesadas tanto públicas como privadas. El Consejo de Estabilidad Financiera y la CPMI están colaborando activamente con representantes de la industria y autoridades de los países del G20 y de otros países para trabajar juntos en la mejora de los pagos transfronterizos. Estos esfuerzos podrían allanar el camino para una red mundial de sistemas de pago rápidos que permitan pagos transfronterizos instantáneos, de bajo costo, transparentes y de fácil acceso. Hacer realidad esta visión traería enormes beneficios tanto a las empresas como a los hogares, especialmente en los mercados emergentes y las economías en desarrollo.



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