25 junio 2024
Por: Piero Cipollone

Un euro digital combinaría la comodidad de los pagos digitales con características similares al efectivo. Piero Cipollone, miembro del Comité Ejecutivo del BCE, explica cómo un euro digital mejoraría la libertad de elección de los europeos a la hora de decidir cómo pagar.
La libertad está en el centro de los principios de la Unión Europea. Todos los ciudadanos de la UE son libres de vivir, trabajar, estudiar y hacer negocios en cualquier Estado miembro de la UE.
El euro desempeña un papel clave para que esto sea posible. Podemos utilizarlo para comprar o vender bienes y servicios en cualquier lugar de la zona del euro.
El Banco Central Europeo (BCE) desempeña un papel crucial en la defensa de estas libertades. La mayoría de los europeos quieren tener efectivo como opción de pago y muchos lo consideran esencial para su libertad: el efectivo es fácil de obtener, inclusivo, universalmente aceptado en toda la zona del euro y ofrece el más alto nivel de privacidad.
Pero aún no tenemos un equivalente en efectivo para realizar pagos digitales, lo que limita nuestra libertad en una era cada vez más digital.
A veces podemos utilizar opciones nacionales, como tarjetas bancarias o billeteras digitales, para realizar pagos electrónicos en comercios. Pero en la mayoría de los países de la zona del euro, estas soluciones nacionales no existen. E incluso cuando lo hacen, a menudo no funcionan cuando se compran en línea, se dividen las facturas entre amigos o se viaja por la zona del euro. Esto nos obliga a depender de tarjetas no europeas o soluciones de pago electrónico -aunque no siempre se aceptan- y a utilizar múltiples métodos de pago.
Para remediar estas deficiencias, el BCE está trabajando en un euro digital. Seguimos plenamente comprometidos con el efectivo, pero queremos llevar sus beneficios al mundo digital. Un euro digital ofrecería a los consumidores una opción de pago adicional que complementa el efectivo. Dependerá de ellos decidir si lo usan.
Un euro digital combinaría la comodidad de los pagos digitales con características similares al efectivo. Al igual que los billetes, ofrecería a los europeos la libertad de utilizar un único medio de pago público aceptado en toda la zona del euro para los pagos digitales en tiendas, sitios web de comercio electrónico o de persona a persona. También podría usarse sin conexión, lo que hace que las transacciones sean posibles incluso cuando la cobertura de la red sea limitada o en caso de un corte de energía.
El euro digital facilitaría a las empresas de la zona del euro ofrecer soluciones de pago digitales paneuropeas. Esto reforzaría la competencia en un mercado actualmente dominado por unos pocos actores no europeos, lo que reduciría los costes para los comerciantes y los consumidores. Y reforzaría la autonomía estratégica y la resiliencia de Europa. En un mundo cada vez más dividido y expuesto al dominio de las grandes empresas tecnológicas, tenemos la responsabilidad de garantizar que los europeos siempre puedan realizar pagos asequibles y seguros de forma eficaz.
El euro digital ofrecería una mayor privacidad que la que suelen ofrecer las soluciones comerciales existentes. En el caso de los pagos sin conexión, solo el pagador y el beneficiario tendrían acceso a los detalles de la transacción. Para los pagos en línea, utilizaríamos las últimas tecnologías para mejorar la privacidad. Todos los datos se seudonimizarían y se mantendrían dentro de la jurisdicción de la UE, disfrutando así de los más altos estándares de privacidad del mundo. Y nuestro cumplimiento de las normas de protección de datos sería supervisado por autoridades independientes de protección de datos.
Un euro digital, gratuito para su uso básico, no dejaría a nadie atrás, incluidas las personas con escasas capacidades digitales y financieras y los grupos vulnerables. Una aplicación ofrecería a todos un medio de pago inclusivo y accesible.
Más que una simple opción de pago, un euro digital acercaría a los europeos en un mundo cada vez más digital e inestable. Nos facilitaría la vida, al tiempo que preservaría nuestra libertad de elección.
Hace un año, la Comisión Europea presentó el Paquete de Moneda Única para proteger los pagos en efectivo en toda la zona del euro y establecer un marco para la posible emisión de un euro digital, que solo se considerará una vez que los legisladores europeos hayan adoptado este marco. Acogemos con beneplácito el debate democrático en curso y seguiremos colaborando con todas las partes interesadas.
A medida que el mundo que nos rodea cambia y los riesgos geopolíticos aumentan, debemos mantener el impulso. Juntos, podemos garantizar que el euro, nuestra moneda única, esté preparado para la era digital y siga apuntalando las libertades que los europeos aprecian.
Este artículo se publicó como artículo de opinión en medios de comunicación de toda la zona del euro.
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Publicado originalmente: https://www.ecb.europa.eu/press/blog/date/2024/html/ecb.blog240625~78525e0d5c.en.html?utm_source=blog_newsletter&utm_medium=email&utm_campaign=20240625_Maintaining_the_freedom&utm_content=Maintaining_the_freedom