Poner a África en la senda de la prosperidad


19 DE JUNIO DE 2024

Asentamiento informal de Bapsfontein en Sudáfrica. Crédito de la foto: John Hogg / Banco Mundial

En todo el Sur Global, los jóvenes anhelan oportunidades y una vida mejor. Sin embargo, aunque se prevé que 1.200 millones de personas en los países en desarrollo alcancen la edad de trabajar en la próxima década, se estima que solo 420 millones de puestos de trabajo estarán disponibles para ellos, lo que dejará a casi 800 millones de personas sin un camino claro hacia el empleo. A pesar de que algunos de estos miembros continuarán su educación, eso solo retrasaría, y posiblemente prolongaría, la crisis.

El problema de la insuficiencia de oportunidades de empleo se sentirá de manera aguda en África, donde vive casi un tercio de esta generación. Pero los pronósticos no son el destino. Es por eso que el futuro del continente fue un tema central en la reciente cumbre del G7 en Apulia, Italia.

La necesidad de centrarse en el futuro de África es obvia, porque un mundo libre de pobreza en un planeta habitable seguirá siendo un objetivo difícil de alcanzar si el continente no puede aprovechar su abundante potencial y crear suficiente empleo y crecimiento económico. Y es igualmente claro que una estrategia exitosa para África se beneficiaría de la Asociación Internacional de Fomento (AIF), que maneja una poderosa herramienta de desarrollo: el financiamiento asequible.

La tarea es inmensa porque los desafíos de África son grandes. Casi 500 millones de africanos viven en la pobreza, mientras que los conflictos, el cambio climático, la carga insostenible de la deuda y otras crisis ensombrecen las perspectivas económicas del continente.

Sin embargo, la buena noticia es que hay un camino hacia el progreso, como lo demuestran otros países que han prosperado mediante el uso de las donaciones y los préstamos a bajo interés de la AIF, la adopción de la buena gobernanza, la inversión en su población y el fomento de un clima de inversión favorable a las empresas. África podría tomar un camino similar, pero necesitará la ayuda de organizaciones como el G7 y otras.

Creemos que una estrategia centrada en la generación de puestos de trabajo y al mismo tiempo que proporcione los ingredientes fundamentales para el desarrollo es esencial para ese camino. En nuestra opinión, este plan debe basarse en cinco pilares.

En primer lugar, debemos mejorar el acceso a la electricidad, que es un derecho humano fundamental y esencial para el desarrollo. El Grupo Banco Mundial está trabajando con el Banco Africano de Desarrollo para proporcionar electricidad a la mitad de los 600 millones de africanos que carecen de acceso a la electricidad para 2030, un esfuerzo que requerirá el apoyo de los asociados para el desarrollo, los gobiernos y los inversores del sector privado para tener éxito. Afortunadamente, estamos bien encaminados para construir esa coalición.

En segundo lugar, la creación de infraestructuras eficientes y de alta calidad es crucial para el comercio. El transporte de mercancías entre países africanos puede ser un proceso largo y costoso porque las redes de carreteras y ferrocarriles son insuficientes, el transporte marítimo es modesto y los tiempos de espera en las fronteras son prohibitivos. En una región donde 470 millones de personas no cuentan con un transporte confiable durante todo el año, invertir en infraestructura física y digital, incluidos los sistemas de pago transfronterizos, creará oportunidades de empleo al aumentar el comercio, la integración y la inclusión financiera.

En tercer lugar, debe aumentar la inversión en agronegocios. Solo el 6 por ciento de las tierras agrícolas de África son de regadío, en comparación con el 37 por ciento en Asia, y el continente tiene una de las tasas más bajas de uso de fertilizantes en el mundo, lo que lleva a rendimientos que son un tercio del promedio mundial. Con el fertilizante adecuado para el suelo adecuado y un riego mejorado, los agricultores africanos podrían aumentar la producción, la demanda de mano de obra y los ingresos, que luego podrían utilizarse para alimentos, útiles escolares y medicinas. Por ejemplo, una iniciativa financiada por la AIF en Mauritania y los países vecinos del Sahel está ayudando a 390.000 agricultores, casi la mitad de ellos mujeres, a regar sus tierras agrícolas utilizando tecnologías asequibles.

En cuarto lugar, hay que fortalecer los sistemas de salud. El Grupo Banco Mundial tiene como objetivo ayudar a los países de ingreso bajo y mediano a brindar servicios de atención de salud a 1.500 millones de personas para 2030, lo que exigiría empleos calificados. Pero debemos pensar aún más en grande, porque el fortalecimiento de la infraestructura sanitaria y la preparación para pandemias es esencial para el desarrollo.

Por último, la promoción del turismo crearía puestos de trabajo para las mujeres, que constituyen la mayoría de la mano de obra del sector, y aceleraría el crecimiento económico. Pero esto dependerá de la mejora de la infraestructura y el acceso a la electricidad y la atención médica. Además, al igual que las otras cuatro áreas, también requiere un compromiso con la educación y el desarrollo de habilidades para tener éxito, construido con una base digital.

La AIF es un socio esencial y una fuente de conocimientos para avanzar en esta agenda. Es el mayor proveedor de financiación y la principal fuente de liquidez para muchos países africanos. Solo el año pasado, el 75 % de los compromisos de la AIF —más de USD 25 000 millones— se destinaron a África, lo que representa un aumento del 24 % en cinco años. Su modelo financiero convierte cada dólar de los donantes en casi cuatro dólares en nuevos recursos. Y, si tienen éxito, las medidas propuestas para simplificar la AIF mejorarían el acceso y ayudarían a los países a centrarse más en el desarrollo de soluciones reales para su población. En pocas palabras, la AIF es el mejor acuerdo en materia de desarrollo, como reconocieron recientemente 19 jefes de Estado africanos.

También es un recordatorio de lo que podemos lograr cuando nos unimos como socios en el progreso. Con el apoyo de la AIF, podemos centrarnos en los sectores que generan empleo y crecimiento, involucrar al sector privado y ayudar a África a asegurar el futuro próspero que merece.

Este blog apareció originalmente en Project Syndicate.



Publicado Originalmente: https://blogs.worldbank.org/en/voices/putting-africa-on-the-path-to-prosperity?cid=ECR_E_NewsletterWeekly_EN_EXT&deliveryName=DM223258

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