12 junio 2024
Por: Piero Cipollone

Se necesitan más reformas para que el euro mantenga y fortalezca su papel en medio de los cambios geopolíticos. Europa necesita seguir desarrollando la infraestructura para realizar pagos transfronterizos en euros con socios clave.
Durante el último cuarto de siglo, el euro ha sido una moneda mundial clave, solo superada por el dólar. Ha demostrado su resiliencia a pesar de la pandemia de coronavirus, la guerra de Rusia en Ucrania y el trágico conflicto en Oriente Medio. Se estima que la participación del euro en el uso de la moneda internacional supera el 19%, un nivel que se ha mantenido prácticamente estable en los últimos cinco años.
Sin embargo, el lugar de la moneda en el escenario mundial no puede darse por sentado, ya que Informe reciente por el Banco Central Europeo sobre el papel internacional del euro. Se necesitan más reformas.
El papel cada vez más importante de China en el comercio mundial está fomentando el uso de su moneda. En 2023, la participación del renminbi en la facturación comercial de China había aumentado a alrededor de una cuarta parte para los bienes y un tercio para los servicios. Está compitiendo con el euro para convertirse en la segunda moneda más utilizada para la financiación del comercio[1].
La historia demuestra que la evolución de las monedas globales está profundamente entrelazada con la del orden geopolítico global. En un mundo cada vez más multipolar, hay indicios de que la fragmentación del sistema monetario mundial ya no es una posibilidad remota. Para diversificar y protegerse contra los riesgos geopolíticos, los bancos centrales, liderados por el de China, están acumulando oro al ritmo más rápido visto desde la Segunda Guerra Mundial. Y la evidencia anecdótica sugiere que algunos países están explorando formas de usar sus propias monedas más en las transacciones comerciales internacionales en lugar de las de los países que sancionan a Rusia.
Sin embargo, en ningún otro lugar son más visibles los riesgos de la fragmentación del sistema monetario mundial que en los pagos internacionales. En un momento en el que deberíamos integrar los sistemas de pago para reducir su complejidad y coste para los usuarios, algunas naciones están creando deliberadamente plataformas separadas como alternativas a las infraestructuras globales existentes.
Por ejemplo, China, Irán y Rusia han creado sus propios sistemas de mensajería de pagos transfronterizos, mientras que los miembros del BRICS han comenzado a discutir una plataforma «puente» para vincular los pagos digitales y la liquidación. Estos acontecimientos podrían perturbar la fluidez del flujo de capital y reducir la eficiencia del sistema financiero mundial.
Teniendo en cuenta estos cambios, existen razones económicas y políticas de peso para tratar de preservar el estatus de moneda mundial del euro. Esta condición aporta beneficios tangibles a los ciudadanos europeos, como los bajos costes de endeudamiento en los mercados internacionales de capitales y la protección frente a la volatilidad de los tipos de cambio. Además, en un panorama geopolítico fragmentado, el estatus de moneda internacional del euro proporciona autonomía estratégica al proteger a los europeos de las presiones financieras externas.
Internamente, el atractivo del euro para los inversores extranjeros depende de mantener la confianza en su estabilidad, respaldada por expectativas bien ancladas de estabilidad de precios y políticas económicas sólidas. Y su atractivo depende del tamaño y la liquidez del mercado de valores representativos de deuda seguros denominados en euros y de la resiliencia de las infraestructuras subyacentes del mercado, especialmente como refugio en tiempos de tensión. La mayoría de los gestores de reservas oficiales han expresado su interés en aumentar sus tenencias de euros, pero señalan que el atractivo de la moneda se ve obstaculizado por la falta de activos de alta calificación y deuda emitida centralmente.[2]
Por lo tanto, es esencial crear un mercado estable, técnicamente resiliente y más profundo para los títulos de deuda en euros aceptados internacionalmente. Para ser un refugio fiable en tiempos de tensión, este mercado podría estar respaldado por una oferta robusta y flexible de instrumentos comunes.[3] Proporcionar un conjunto más amplio de activos seguros denominados en euros, que actuaría como un índice de referencia europeo libre de riesgo, también sería crucial para profundizar los mercados de capitales denominados en euros. Por ello, la construcción de una auténtica unión europea de los mercados de capitales debe ir acompañada de esfuerzos para seguir reforzando la dimensión fiscal de la unión económica y monetaria de la UE.
En el plano exterior, Europa necesita seguir desarrollando la infraestructura para realizar pagos transfronterizos en euros con socios clave. Esto podría implicar, por ejemplo, la interconexión del sistema de liquidación instantánea por objetivos de la zona del euro con sistemas de pago rápido de otras jurisdicciones, ya sea a través de enlaces bilaterales o conectándose a una plataforma multilateral común. Estas medidas podrían reforzar las relaciones comerciales y financieras con socios clave, incluidas las economías emergentes, especialmente cuando la legislación sobre la lucha contra el blanqueo de capitales y la financiación del terrorismo esté plenamente en consonancia con las normas internacionales establecidas por el Grupo de Acción Financiera Internacional. También podrían allanar el camino para que las monedas digitales de los bancos centrales se utilicen para realizar pagos transfronterizos en el futuro.
Robert Mundell, el difunto economista internacional cuyo trabajo ganador del Premio Nobel fue tan influyente para la creación de la moneda única de Europa, dijo una vez sobre el euro: «En todos los aspectos en los que se esperaba que económicamente mejorara, se ha comportado espectacularmente».[4] Al reforzar la seguridad, la liquidez y la conectividad, podemos garantizar que el euro siga fortaleciéndose como piedra angular del sistema monetario mundial.
Esta entrada del blog también se publicó en los medios de comunicación como artículo de opinión.
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- “El renminbi chino supera al yen japonés y ocupa el cuarto lugar en pagos globales«, Financial Times, 21 de diciembre de 2023.
- “Tendencias de la gestión de reservas de HSBC: cómo los gestores de reservas de los bancos centrales están adaptando sus estrategias en medio de un entorno que cambia rápidamente«, 15 de abril de 2024.
- Panetta, F. (2020), «La crisis de la COVID-19 pone de manifiesto el potencial sin explotar del euro«, Financial Times, 12 de junio.
- Wallace, L. (2006), «Adelantado a su tiempo – Entrevista con Robert Mundell«, Finanzas y Desarrollo, Volumen 43, No. 3.
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Publicado originalmente: https://www.ecb.europa.eu/press/blog/date/2024/html/ecb.blog20240612~10575cd172.en.html?utm_source=blog_newsletter&utm_medium=email&utm_campaign=20240613_Making_the_digital&utm_content=Why_Europe_must