Muchas economías de mercados emergentes y en desarrollo enfrentan amenazas al crecimiento económico y un espacio político limitado debido a la alta inflación, el aumento de la deuda y las presiones en la balanza de pagos. Estos desafíos aumentaron durante la pandemia y se intensificaron aún más con la guerra de Rusia en Ucrania.
Un crecimiento más lento y una capacidad limitada para apoyar a sus poblaciones más vulnerables exponen a algunos de estos países a riesgos sustanciales de inestabilidad social. Al mismo tiempo, estas economías enfrentan el enigma de participar en los esfuerzos globales para reducir sus emisiones de carbono y ayudar a combatir el cambio climático sin sacrificar el crecimiento y el empleo.
En medio de tales desafíos, las reformas que abarcan toda la economía brindan a las autoridades las herramientas para fomentar el crecimiento y prepararse para la transición verde. Como mostramos en una nueva nota de discusión del personal , los beneficios de la reforma de las instituciones y las regulaciones para las empresas y las personas (una recomendación duradera del FMI para estimular el crecimiento) pueden materializarse rápidamente incluso bajo tensiones económicas severas, siempre que las reformas se prioricen y secuencian adecuadamente. Y estas reformas son clave para facilitar la descarbonización de las economías.