Como nos dimos cuenta hace algunos años, las amenazas cibernéticas están aquí para quedarse. Existen muchos actores de amenazas altamente adaptables que intentarán explotar sistemáticamente cualquier debilidad o vulnerabilidad con fines ilegales. Las amenazas existentes son cada vez más peligrosas y nuevas amenazas están en el horizonte. Por lo tanto, debemos adaptar nuestros marcos operativos y de ciber resiliencia constantemente a nivel individual y colectivo a través de una estricta regulación, aplicación y enjuiciamiento. La futura cooperación entre instituciones públicas y privadas también será crucial. El ECRB puede hacer una contribución decisiva a este esfuerzo en relación con el sistema financiero.