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Lo que hace que un billete sea bueno

Nuestro dinero debe ser fácil de manejar, atractivo y difícil de falsificar. Los billetes pueden ser icónicos y contar historias únicas. Pueden presentar criaturas míticas, héroes locales, tesoros nacionales o maravillas naturales. Los museos exhiben muestras de billetes de banco de todo el mundo, destacando su contexto histórico y la creatividad de su diseño. Y los usamos casi todos los días para comprar nuestros comestibles, pagar un periódico o dar propina en un restaurante. Pero, ¿alguna vez has pensado en lo que se necesita para desarrollar un buen billete? ¿O por qué tienen ese tamaño o aspecto en particular? Esta publicación de blog proporciona algunas respuestas al explorar los principios de diseño de los billetes de última generación.
Revisa tu efectivo en un abrir y cerrar de ojos
Una de las características más importantes del dinero es que la gente necesita confiar en él. Para garantizar esta confianza, tenemos que estar seguros de que el papel que tenemos en la mano es realmente un billete auténtico, y no una falsificación. Pero la mayoría de los habitantes de la zona del euro no suelen pasar mucho tiempo revisando los billetes en euros. Entonces, ¿cómo nos aseguramos de que todos puedan autenticarse y confiar en los billetes, a pesar de prestarles poca atención? Bueno, necesitamos características de seguridad que sean claramente visibles, difíciles de falsificar y fáciles de verificar en un abrir y cerrar de ojos. Estas características incluyen hologramas, marcas de agua, tintas que cambian de color e hilo de seguridad. Eche un vistazo a la imagen de la princesa Europa en la ventana vertical del billete de 20€ sosteniéndolo hacia la luz, por ejemplo. Qué Características de seguridad ¿Se puede encontrar sintiendo, mirando e inclinando un billete en euros?
El BCE investiga constantemente nuevas tecnologías en cooperación con los bancos centrales nacionales, las instituciones de investigación y el sector privado. Buscamos características de seguridad novedosas para futuros billetes. Las herramientas de la neurociencia pueden, por ejemplo, evaluar cómo reacciona una persona en los primeros milisegundos después de ver y tocar un billete, incluso antes de pensar conscientemente en ello. Estas pruebas nos ayudan a ver cómo se observan, aprenden y memorizan las características particulares de los billetes. Sin embargo, a medida que se desarrolla la tecnología, los falsificadores también pueden producir falsificaciones cada vez más sofisticadas. La clave para nosotros es estar siempre un paso por delante, y eso significa una inversión continua en investigación y desarrollo de vanguardia.

El impacto del euro en el comercio – A dos décadas de la unión monetaria

El consenso en 2008, diez años después de la introducción del euro, fue que la adopción de una moneda común había tenido un impacto limitado de alrededor del 2% en total en los flujos comerciales de la primera ola de países de la zona del euro (Baldwin et al., 2008). Desde entonces, seis países más se han adherido a la zona del euro y las empresas han internacionalizado sus procesos de producción. Estos dos fenómenos están interrelacionados y pueden haber cambiado la forma en que la moneda común afecta a la economía de la zona del euro. Por lo tanto, con la moneda común ahora en su tercera década, y con más países haciendo cola para adoptarla, este documento revisa los efectos comerciales del euro, centrándose en los nuevos adoptantes del euro (es decir, aquellos países que han adoptado el euro desde 2007) y su interacción con la primera ola de miembros de la zona del euro a través de las cadenas de suministro. La contribución del documento es doble. En primer lugar, revisa el impacto agregado estimado del comercio entre el euro y la zona del euro, así como sobre el comercio dentro de las dos oleadas de adoptantes y entre ellas. Los datos sobre los flujos bilaterales entre 1990 y 2015 para una muestra ampliada de países para estimar una ecuación de gravedad indican un impacto comercial significativo, que oscila entre el 4,3% y el 6,3% en total en promedio, siendo la magnitud más alta para las exportaciones de la segunda ola de adoptantes a la primera ola de adoptantes. Si un enfoque de control sintético (Abadie y Gardeazabal, 2003; Abadie et al., 2010) se utiliza en su lugar, las ganancias estimadas asociadas con la adopción del euro son mayores. En particular, se estima que las exportaciones de productos intermedios y finales de los países pertenecientes a la primera ola de adoptantes del euro a los pertenecientes a la segunda ola han aumentado en aproximadamente un 30% utilizando este enfoque. La segunda contribución de este documento se refiere a los canales a través de los cuales el comercio podría verse afectado por una unión monetaria. Esta cuestión se examina examinando por separado el comercio de bienes intermedios y productos finales. Si bien encontramos que las ganancias comerciales fueron impulsadas principalmente por el comercio de bienes intermedios entre los países que adoptaron la moneda antes (5,3%), nuestros resultados también muestran que el euro tuvo un efecto positivo en las exportaciones de productos finales de la segunda ola de adoptantes a otros países de la zona del euro. Este efecto es tan alto como 10.6% con el modelo de gravedad y 32% con el enfoque de control sintético. Una de las razones de la diferencia en el rango de estimaciones entre los dos enfoques podría ser que el modelo de gravedad puede controlar las características no observadas a través de efectos fijos, mientras que el enfoque de control sintético puede no hacerlo. Estos resultados sugieren que el euro facilitó el establecimiento y la expansión de cadenas de producción internacionales en Europa. A su vez, es probable que esto haya aumentado la sincronización del ciclo económico en la zona del euro y que haya apoyado el acceso al mercado para los adoptantes posteriores.

Veinte años de política monetaria del BCE

El euro se introdujo hace veinte años con el fin de aislar el mercado único de las crisis de tipo de cambio y las devaluaciones competitivas que amenazarían la sostenibilidad de los mercados abiertos. También se trataba de un proyecto político que, apoyándose en el éxito del mercado único, conduciría a una mayor integración de sus Estados miembros.
En ambos aspectos, la visión de nuestros antepasados ha puntuado relativamente bien. Imagínese dónde estaría el mercado único hoy, después de la crisis financiera mundial y el creciente proteccionismo, si todos los países de Europa hubieran sido libres de ajustar sus tipos de cambio. En cambio, nuestras economías se integraron, convergieron y enfrentaron el desafío más severo desde la Gran Depresión.