La presión sobre las empresas para que respondan a la amenaza del calentamiento global es cada vez mayor. Tanto los consumidores como los reguladores y los inversores están examinando cada vez más el impacto climático de las empresas de todos los sectores. En su carta de enero de 2020 a los directores ejecutivos, por ejemplo, Larry Fink, presidente y director ejecutivo de BlackRock, el administrador de activos más grande del mundo, advirtió a las empresas que los inversores, entre otras partes interesadas, ahora esperan una divulgación completa del desempeño de las empresas en una variedad de factores ambientales, sociales y de gobernanza.
Pero una cosa es que las empresas hablen de boquilla sobre la necesidad de reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). Tomar medidas concretas para marcar la diferencia, especialmente en el clima económico actual impulsado por la pandemia, es otra cuestión completamente diferente. La dificultad y el costo de medir el alcance total de sus emisiones de carbono, y luego reducirlas o compensarlas, ha obligado a muchas empresas a retrasar el esfuerzo.
En este contexto, la inteligencia artificial (IA) puede cambiar las reglas del juego. Su capacidad para ofrecer una visión profunda de múltiples aspectos de la huella de carbono de una empresa y sus rápidas victorias en la reducción de costes ofrecen una ruta prometedora para acelerar la transformación sostenible y reducir los gastos en un momento de necesidad. Y debido a que su tamaño les da acceso a enormes conjuntos de datos, un factor clave de éxito para la implementación de la IA, las grandes empresas se encuentran en una posición especialmente fuerte para beneficiarse de su poder.
LA PROMESA DE LA IA
La amenaza del cambio climático es cada vez mayor y el tiempo se acaba. Las emisiones globales de GEI actualmente suman alrededor de 53 gigatoneladas de dióxido de carbono equivalente (CO2e), según el Carbon Disclosure Project. Si queremos cumplir el objetivo de limitar el aumento de la temperatura media mundial a 1,5 °C, tal y como se especifica en el Acuerdo de París de 2016, debemos reducir esas emisiones en un 50% para finales de esta década, según la Iniciativa de Objetivos Basados en la Ciencia. En nuestra experiencia con los clientes, el uso de la IA puede lograr reducciones generales de emisiones del 5% al 10%, el equivalente a 2,6 a 5,3 gigatoneladas deCO2e si la IA se aplicara a todas las emisiones.
El uso de la IA puede reducir las emisiones de GEI entre 2,6 y 5,3 gigatoneladas deCO2e.
Mientras tanto, los estudios de BCG muestran que el impacto general potencial de la aplicación de la IA a la sostenibilidad corporativa asciende a entre 1,3 y 2,6 billones de dólares en valor generado a través de ingresos adicionales y ahorros de costos para 2030.