Etiqueta: ODS 1 – Poner fin a la pobreza

Empoderar a los jóvenes de África para cerrar la brecha de habilidades digitales

La digitalización es una de las oportunidades más transformadoras de nuestro tiempo y una potente herramienta para erradicar la pobreza en un planeta habitable. Ante nuestros ojos, las tecnologías digitales están en constante evolución, cambiando las sociedades y nuestra vida cotidiana. La rápida velocidad de las nuevas tecnologías, como la Inteligencia Artificial (IA) y el Aprendizaje Automático (ML), también está cambiando las capacidades digitales de muchos países, aunque no de todos.
Si bien la digitalización presenta inmensas oportunidades para la creación de empleo, la reducción de la pobreza y la mejora de la prestación de servicios, la región de África Oriental y Meridional tiene el ritmo más lento de digitalización a nivel mundial, con solo el 64% de la población cubierta por Internet de alta velocidad y solo el 24% de la población que usa Internet (a partir de 2023).
Tenemos que cambiar este rumbo. Sin acceso a internet y a la alfabetización digital, cientos de millones de africanos, incluidos jóvenes africanos, seguirán quedando atrás. Esto es significativo, especialmente porque el continente tendrá la población en edad laboral más joven y de más rápido crecimiento en el mundo para 2050.
También se estima que habrá 230 millones de empleos digitales en África subsahariana para 2030. Estos empleos provienen en gran medida de servicios digitales de rápido crecimiento, que requerirán habilidades digitales intermedias o avanzadas, así como alfabetización financiera y digital básica para todos.
Hoy en día, la región se enfrenta a una importante brecha de habilidades digitales y a persistentes disparidades de género. También hay una baja adopción de tecnología entre las empresas, lo que limita la productividad y dificulta la creación de empleo, especialmente en áreas que requieren habilidades de mayor nivel. El déficit de habilidades también está afectando al sector público, que lucha por mantenerse al día con los rápidos avances tecnológicos.

Retomar el camino para cumplir el primer Objetivo de Desarrollo Sostenible

Hace casi 10 años, los países de todo el mundo adoptaron los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), 17 metas que la comunidad mundial debe alcanzar para 2030 a fin de garantizar la paz y la prosperidad para las generaciones actuales y futuras. El primero de estos objetivos, el ODS 1, exige poner fin a la pobreza en todas sus formas en todo el mundo.
Si bien se ha avanzado mucho en la reducción de la pobreza mundial, la dura verdad es que no estamos en camino de alcanzar este objetivo. Tras décadas de disminución de la pobreza mundial, el ritmo de reducción comenzó a desacelerarse alrededor de 2015, junto con un tibio crecimiento económico. Durante el período 2020-2022, se produjeron graves retrocesos en la reducción de la pobreza, ya que los países se tambaleaban por crisis superpuestas, como la pandemia de COVID-19, las perturbaciones climáticas, el elevado endeudamiento, la fragilidad y los conflictos.
En 2022, alrededor de 712 millones de personas vivían en la pobreza extrema, con menos de 2,15 dólares al día, el umbral de pobreza para los países de bajos ingresos. La pobreza también sigue siendo un grave problema en muchos países de ingresos medianos. En 2022, 3.600 millones de personas, casi la mitad de la población mundial, vivían con menos de 6,85 dólares al día, el umbral de pobreza de los países de ingresos medianos altos.
Pero la pobreza no se trata solo de la falta de ingresos. Millones de personas se ven privadas diariamente de sus necesidades esenciales, como el acceso a la salud, la educación, la vivienda, el agua o la electricidad, por lo que también se les niega su dignidad.
Con nuestro ritmo actual de progreso, casi 600 millones de personas —alrededor del 7% de la población mundial— seguirán viviendo en la pobreza extrema para 2030, la mayoría de ellas en África subsahariana o en lugares frágiles y afectados por conflictos. A este ritmo, podría llevar más de tres décadas erradicar la pobreza extrema.
No es demasiado tarde para cambiar de rumbo. Si bien el crecimiento económico es importante para volver a la normalidad, por sí solo no garantizará que las personas salgan de la pobreza. Este crecimiento también debe ser más inclusivo y sostenible. La base del crecimiento inclusivo es una inversión en las personas, lo que significa garantizar que tengan un mayor acceso a la atención médica, la educación, los servicios sociales, la infraestructura básica, empleos de mejor calidad y oportunidades.