En medio de una creciente emergencia climática y una crisis de deuda global, los llamados a una nueva arquitectura financiera global «adecuada para el clima» son cada vez más fuertes en todo el mundo en desarrollo. La necesidad urgente de una acción decisiva ha sido subrayada por la Iniciativa Bridgetown de la Primera Ministra de Barbados, Mia Mottley, el grupo V20 de países vulnerables al clima y la reciente Cumbre de París para un Nuevo Pacto de Financiamiento Global. La Cumbre Africana sobre el Clima celebrada esta semana en Nairobi presentó una oportunidad única para promover medidas muy necesarias para apoyar a los países de bajo ingreso en la búsqueda del crecimiento sostenible.
La situación es particularmente urgente en África. Según estimaciones recientes del Banco Africano de Desarrollo (BAfD), el continente requiere 2,8 billones de dólares en financiación climática entre 2020 y 2030. Pero África recibe actualmente solo el 3% de la financiación climática mundial, de la cual solo el 14% proviene del sector privado. Vale la pena señalar que el continente representa el 3,8% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero (GEI), mientras que el Norte Global es responsable del 90%.