Los sistemas de pago minoristas continúan siendo más rápidos y convenientes. Sin embargo, a pesar del mayor uso de pagos electrónicos en todo el mundo, hay poca evidencia de un alejamiento del efectivo. Como el apetito por el efectivo permanece sin cesar, pocas sociedades están cerca de «sin efectivo» o incluso «menos efectivo». De hecho, la demanda de efectivo ha aumentado en la mayoría de las economías avanzadas desde el comienzo de la Gran Crisis Financiera. Este resurgimiento parece estar impulsado por motivos de almacenamiento de valor (lo que refleja un menor costo de oportunidad de mantener efectivo) en lugar de por las necesidades de pago.
En la mayoría de los países avanzados, los cheques han desaparecido o están muriendo lentamente. Las tarjetas de crédito o débito ahora son aceptadas por todos los comerciantes, excepto por unos pocos. Los nuevos servicios de pago electrónico (pago electrónico) están surgiendo en todo el mundo y son cada vez más instantáneos, ubicuos y disponibles durante todo el día (CPMI (2016), Bech et al (2017)).
Muchos tipos de pago que generalmente se realizan con efectivo se están volviendo electrónicos. En Dinamarca, por ejemplo, las cajas de recolección de iglesias y los artistas callejeros ahora aceptan pagos móviles. En China, la comida rápida se puede comprar utilizando la tecnología de reconocimiento facial «smile to pay». En los Estados Unidos, los estudiantes universitarios pagan por pizza y cervezas utilizando aplicaciones que transmiten las compras a sus amigos de las redes sociales.
Etiqueta: Pagos electrónicos
Charla sobre las monedas digitales del banco central
El verdadero detonante fue el anuncio del proyecto Libra de Facebook, que cambió por completo la naturaleza de la innovación, porque el proyecto ya no se centra únicamente en la interfaz del cliente. Es un proyecto global, cerrado y autosuficiente ya que existe tanto un medio de pago, un mecanismo de almacenamiento con billetera y una red global que permite asegurar transferencias de un lugar a otro sin pasar por los sistemas de liquidación de los bancos centrales. El proyecto tiene beneficios para los usuarios, pero la aparición de canales de pago cerrados dominados por gigantes tecnológicos plantea riesgos tanto para la competencia como para la protección de datos. Y si a esto le sumas la desafección con los billetes en muchos países y la explosión de las transacciones online, sobre todo con el Covid-19, mides el alcance del cambio. Vemos los números, es impresionante. Los bancos centrales deben repensar su software y revisar su papel en este nuevo entorno.
Virus impulsa los pagos digitales en India, donde falló la prohibición de efectivo
El Banco de la Reserva de la India dijo el año pasado que tenía como objetivo aumentar las transacciones digitales a aproximadamente el 15% del producto interno bruto para 2021, desde casi el 10% en ese momento. El gobierno apunta a mil millones de transacciones digitales por día, ya que el mercado de teléfonos inteligentes de más rápido crecimiento en el mundo permite a los consumidores realizar transacciones con solo hacer clic en un botón.